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Cuidar la salud mental en el deporte: más allá del “piensa en positivo”

En los últimos años ha crecido el interés por la salud mental en el deporte. Cada vez más deportistas hablan públicamente de ansiedad, bloqueos, desmotivación o presión. Y eso, sin duda, es un avance.


Sin embargo, también han proliferado los mensajes simplistas: “piensa en positivo”, “todo está en tu cabeza”, “si quieres, puedes”. Aunque bienintencionadas, estas frases pueden generar más confusión que ayuda.En este artículo te propongo ir un paso más allá, desde una mirada basada en la ciencia del comportamiento.


El riesgo de los mensajes superficiales


Decirle a un deportista que “piense en positivo” cuando está bloqueado puede parecer un consejo útil. Pero desde la psicología conductual, esto no cambia las condiciones que mantienen su malestar. De hecho:


  • Puede aumentar su frustración si no logra sentirse mejor

  • Puede llevarle a ocultar lo que siente para no parecer “débil”

  • Puede reforzar patrones de evitación emocional: alejarse de lo que duele sin procesarlo


El problema no es tener pensamientos negativos. El problema es cómo respondemos a esos pensamientos y emociones.






¿Cómo se entiende el malestar?


Desde esta perspectiva, las emociones y pensamientos no son el enemigo. Son eventos internos que forman parte del repertorio de cualquier persona. No siempre podemos controlarlos directamente, pero sí podemos elegir cómo actuar ante ellos. Por ejemplo:


  • Un jugador que siente ansiedad antes de un partido puede interpretarla como señal de amenaza (“no estoy preparado”) y evitar asumir riesgos

  • Otro puede notar la misma ansiedad y usarla como señal de activación, ajustando su rutina para mantenerse enfocado


La diferencia no está en sentir o no sentir, sino en la función de la conducta que se emite ante ese sentimiento.


Evitar no es igual que afrontar


Uno de los procesos más frecuentes en deportistas con malestar psicológico es la evitación experiencial: intentan no sentir ansiedad, no pensar en el fallo, no mostrarse vulnerables. Esta lucha interna puede llevar a:


  • Rituales o rutinas excesivas para calmar el malestar

  • Sobreentrenamiento para compensar la inseguridad

  • Aislamiento o silencio emocional

  • Pérdida del disfrute y conexión con el deporte


A corto plazo, estas conductas pueden reducir el malestar. Pero a medio y largo plazo, lo mantienen y refuerzan.


¿Qué significa cuidar la salud mental de verdad?


Cuidar la salud mental no es estar siempre bien, ni eliminar el sufrimiento. Es aprender a relacionarte de forma diferente con lo que piensas y sientes, para poder actuar en coherencia con tus objetivos y valores, incluso en momentos difíciles. Esto implica:


  • Reconocer y validar lo que sientes, sin juzgarlo

  • Aprender a observar tus pensamientos sin fusionarte con ellos

  • Exponerte gradualmente a lo que evitas, desarrollando tolerancia emocional

  • Definir qué tipo de deportista quieres ser, más allá de los resultados


Un ejemplo en contexto


Imagina a una atleta que tras una lesión siente miedo al volver a competir. Tiene pensamientos de fracaso, inseguridad y ansiedad anticipatoria.

Un enfoque centrado en el “piensa en positivo” podría empujarla a ignorar esos pensamientos o rebatirlos con afirmaciones vacías. Un enfoque conductual trabajaría más bien en:


  • Aceptar que el miedo es una respuesta natural tras una lesión

  • Observar sus pensamientos sin actuar automáticamente en función de ellos

  • Diseñar exposiciones progresivas a la competición, en línea con sus valores

  • Reforzar las conductas valientes, no la ausencia de malestar


Así, no se trata de sentirse bien para competir, sino de aprender a competir incluso sintiéndote mal.


Conclusión


La salud mental en el deporte no se construye a base de frases motivacionales ni de evitar lo incómodo. Se construye con autoconocimiento, exposición progresiva, coherencia personal y una relación más flexible con nuestras emociones y pensamientos.


Como psicólogo, te acompaño no para que dejes de sentir, sino para que sepas qué hacer con lo que sientes. Porque el alto rendimiento y la salud mental no son opuestos: se potencian mutuamente cuando se entrenan de verdad.


¿Quieres trabajar en tu parte mental con rigor y sin frases vacías?


Estoy disponible para ayudarte a construir herramientas psicológicas sólidas que te permitan rendir con mayor libertad, disfrute y coherencia. Escríbeme y lo hablamos.

 
 
 

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