En el mundo del deporte, como pasa con todas las ciencias, corren muchos bulos. Existe desinformación que puede ser muy perjudicial en muchos niveles. Habitualmente escuchamos a personas ajenas al deporte opinar sobre su equipo, el entrenador o entrenadora, si juegan bien o mal, entre otros aspectos. Estos comentarios dejan entrever que tales personas “saben” más que los propios profesionales que nos dedicamos a ello. Evidentemente, esto no es un problema en sí, ya que todas las personas que nos dedicamos al deporte sabemos lo complicado que es y lo que cuesta todo. El problema surge cuando, en la sociedad, empiezan a circular ciertas creencias distorsionadas que puedan llegar a afectar a los y las deportistas. Los bulos pueden ser muy diversos. En este post me centraré en los que aparecen en el título: la importancia del descanso y la desconexión. Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
- Para llegar a lo más alto tienes que entrenar mucho más que los demás. Es un error pensar que siempre más es mejor. Muchos factores van a determinar si este “más” es mejor o peor. También dependerá de lo que se entrene y del objetivo del entrenamiento. Hay que buscar calidad, no cantidad. Cantidad sin calidad no sirve de nada.
- Mientras los otros descansan, tú tienes que entrenar. Podemos relacionar esta idea con la anterior, pero también ver como lo único que vale es entrenar, el descanso no existe si queremos lograr algo en el mundo del deporte. Otro error.
El descanso es esa variable que solo tiene importancia para los profesionales del deporte y… ¡no siempre! ¿Qué quiero decir con esto? Muchas veces nuestro rendimiento no es el esperado, ya sea en entrenamientos o bien en competición. Muchos/as deportistas atribuyen tal bajada de rendimiento a falta de entrenamiento y, en muchos casos, incluso entrenadores/as caen en esta creencia. No siempre una bajada de rendimiento se debe a pocas horas de entrenamiento.
Para entender lo que acabo de decir voy a poner un ejemplo que lo dejará bastante claro:
-Imagínate que eres un/a deportista que entrena 2-3 horas por la mañana y 2-3 horas por la tarde, diariamente. Estas horas son exclusivamente dedicadas a tu deporte, y a esto hay que sumarle 1 hora de preparación física. En total salen 5-7 horas de entreno cada día. Si un día tu rendimiento no es el mejor ¿es por falta de entrenamiento? Posiblemente no, podría ser debido a que las horas de entrenamiento no se han aprovechado, ya sea por desconcentración, falta de calidad, etc., pero por cantidad, no.
Como deportistas buscamos estar muchos años viviendo del deporte, y para ello hay que mantener un buen rendimiento el mayor tiempo posible.
El rendimiento depende de muchos factores y variables, y hay que tener en cuenta y trabajarlas todas si queremos que el rendimiento sea el mejor. No solo el mejor, sino durante más tiempo. Como deportistas buscamos estar muchos años viviendo del deporte, y para ello hay que mantener un buen rendimiento el mayor tiempo posible. Dos de estas muchas variables que afectan al rendimiento son el descanso y la desconexión. Cierto es que ambas variables van adquiriendo importancia poco a poco, de hecho, ya se estudian como parte del entrenamiento invisible (todo lo que hace el o la deportista cuando no entrena y que tiene repercusión directa al rendimiento). Ahora bien, esta importancia muchas veces parece pasar al olvido cuando las cosas no salen como se esperaba.
En este post hablare de la importancia del descanso y la desconexión desde una perspectiva psicológica, aunque también mencionaré algunos aspectos físicos, ya que todo está relacionado.
El descanso tiene beneficios sobre la prevención de lesiones. Entrenar demasiado puede provocar un sobreentrenamiento, y este desencadenar algún tipo de lesión. Tanto el sobreentrenamiento como la lesión suelen ir acompañados de ansiedad y estrés para los y las deportistas y, además, en caso de lesión se puede llegar a perder la identidad deportiva, entre otras variables importantes como la confianza y la motivación.
Es habitual ver a preparadores físicos regular las cargas de entrenamiento, y no siempre van en ascenso, sino que en muchas ocasiones son de menor intensidad. Esta regulación tiene relación directa con los picos de forma, es decir, se planifica todo para que el y la deportista llegue en su mejor rendimiento físico a los momentos clave de la temporada. Esto también se puede trasladar al aspecto psicológico, desde el campo de la psicología se deben regular las cargas psicológicas durante los entrenamientos, microciclos y macrociclos para que los deportistas lleguen en las mejores condiciones psicológicas a los momentos clave de la temporada. Esta regulación de cargas y este descanso es muy importante para que el o la deportista pueda llegar descansado/a a nivel psicológico y pueda ofrecer su mejor rendimiento, ya que llegar cansado a nivel psicológico provocará una bajada de rendimiento traducido en errores en la toma de decisión, foco atencional disperso, pesadez del cuerpo, lentitud y descoordinación motriz, etc.
Aunque pueda parecer que una regulación de cargas no es un descanso no es así, ya que existe el descanso activo y el pasivo. El activo es el descanso en el que se baja la intensidad y la carga, pero se sigue entrenando, y el descanso pasivo es cuando hay una parada total de los entrenamientos. Jugar con los dos tipos de descanso es muy importante para el rendimiento.
Es importante que durante un entrenamiento se esté centrado en el trabajo que se está realizando, pero una vez termina el entrenamiento es importante desconectar
Muchos/as deportistas profesionales cometen el error de estar pensando en el deporte casi las 24 horas del día y todos los días de la semana. Esto no es para nada beneficioso, más bien todo lo contrario. Es importante que durante un entrenamiento se esté centrado en el trabajo que se está realizando, pero una vez termina el entrenamiento es importante desconectar, lo cual ayudará a reducir la carga psicológica, ya que estar todo el día pensando en el deporte es un trabajo a nivel cognitivo brutal. Además, reducirá los niveles de estrés y ansiedad.
Otro error común es que muchas veces antes de las competiciones se pide a los y las deportistas que estén muy centrados, incluso a veces todo lo que sale de lo esperado nos hace pensar que no están concentrados para competir. No todo el mundo necesita lo mismo ni de la misma manera, lo cual no quiere decir que en un deporte de equipo no se pueda tener una rutina grupal de calentamiento, sino que también se debe dar espacio a los y las deportistas para que puedan hacer lo que necesiten en cada momento. Si necesitan desconectar o distraerse de algún modo en momentos previos a la competición hay que permitirlo, ya que es lo que les va a funcionar. Evidentemente, se debería analizar caso a caso si esto beneficia o perjudica al deportista, pero no hay que asustarnos cuando un deportista hace alguna cosa que sale de lo esperado. Hay casos de deportistas que pintan mandalas antes de competir, otros hacen punto de cruz y podría poner muchos más ejemplos.
En los entrenamientos de final de semana también suelen cometerse errores de carga psicológica muy elevada, cuando debería ser todo lo contrario. Si queremos que los y las deportistas lleguen frescos y en sus mejores condiciones hay que dedicar tiempo al descanso y a la desconexión.
Hasta este punto he hablado de lo que antecede a la competición, pero lo mismo sucede después de esta. Sigo en la misma línea: una competición absorbe muchos recursos de los deportistas, físicos y psicológicos, por este motivo es importante dar un periodo para el descanso y la desconexión, evidentemente, independiente del resultado.
Como habéis podido ver, el descanso y la desconexión en el día a día del o de la deportista son más importantes de lo que pensamos, incluso más que aumentar las horas de entrenamiento.
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