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Un mundial de baloncesto psicológico

Actualizado: 20 oct 2023

Hace poco finalizó el mundial de baloncesto, en el que Alemania se proclamó campeona del mundo tras vencer a Serbia. Primero que todo, quiero felicitar a Alemania por su destacado desempeño en el torneo. Debo decir que disfruté mucho viendo jugar a todos los equipos. Ha sido un mundial de récords, con jugadores dando sus mejores actuaciones y anotaciones muy altas en muchos partidos. Un mundial donde brilló el baloncesto, con un nivel individual y colectivo cada vez más elevado, dándole más importancia a los detalles y a los factores psicológicos.



No voy a abordar aspectos técnicos, tácticos o físicos, sino que lo haré desde una perspectiva psicológica. No obstante, es muy difícil hablar de estos aspectos de forma aislada, ya que todo está interconectado. Por ejemplo, si un jugador está más nervioso de lo habitual, su cuerpo reacciona generando más tensión, lo cual afecta la parte técnica. Lo mismo puede ocurrir, en la misma situación de nervios, cuando estos afectan el nivel de concentración y provocan precipitaciones, lo que resulta en decisiones menos acertadas.


Observando y disfrutando algunos de los partidos del mundial, pude notar situaciones en las que el aspecto psicológico juega un papel fundamental. A continuación, proporcionaré ejemplos que ocurrieron en algunos partidos.


España tuvo una preparación para el mundial muy sólida


Por ejemplo, España tuvo una preparación para el mundial muy sólida, mejorando progresivamente, creando una identidad y un estilo de juego que caracterizaba a la selección: defensa, transición rápida y movilidad de balón con cierta fluidez. A pesar de algunas áreas de mejora, en las cuales he mencionado que no entraré, España concluyó la fase inicial con muy buenas sensaciones de cara al mundial. No debemos olvidar que el equipo ya empezó con un revés, la ausencia de Ricky Rubio, precisamente para cuidar su salud mental (siempre priorizando y trabajando este aspecto).


Más allá de la gestión de esta situación, pudimos ver en la primera fase una España algo diferente a la de la preparación. De hecho, en ciertos partidos se apreció una España más lenta, con menos fluidez en el juego y algunos jugadores rendían por debajo de su nivel. Sin mayores contratiempos, la selección superó con creces la primera fase y avanzó a la segunda, momento en el que surgió un obstáculo a tener en cuenta: si no se lograban los resultados necesarios, no se accedería a cuartos de final y la selección quedaría fuera del mundial, y muy probablemente de los Juegos Olímpicos de París 2024.



La presión aumentó en esta segunda fase, y era necesario esperar cómo reaccionaría la selección ante esta situación. Los resultados fueron derrotas en dos partidos de esta fase, contra Letonia y contra Canadá. En el partido contra Letonia se vio una selección con pocas soluciones en ataque, muy desconcentrada en momentos puntuales y con falta de concentración que llegaron a manifestar algunos miembros del equipo:


Scariolo: "No podemos permitirnos esta falta de concentración"
Garuba tras la derrota ante Letonia: "Fue falta de concentración y errores tontos"

Como menciona Garuba, además de la falta de concentración, pudimos observar errores en pases y tiros a canasta poco habituales dada la calidad de estos jugadores. Estos errores pueden ser resultado de la falta de concentración u otros aspectos psicológicos, como un nivel de activación inadecuado en el momento, emociones que afectan el rendimiento, etc. Es cierto que el partido contra Canadá fue algo diferente. Se vio una selección un tanto distinta, de hecho, Sergio Scariolo afirmó "hoy fuimos España hasta el final", pero también es cierto que en los momentos finales del partido, más allá de la actitud que representa tanto a España, pudimos ver más errores de lo habitual, ciertos momentos de descontrol, y esto evitó que pudieran aprovechar la ventaja en el marcador. Por su parte, Canadá jugó de manera más tranquila y aparentemente serena mentalmente, lo que les permitió remontar el partido.


La selección de Estados Unidos no se libró de estos factores psicológicos


España no fue la única selección afectada por aspectos psicológicos. La selección de Estados Unidos no se libró de estos factores psicológicos, y en el mundial se pudo ver a una selección más humana que nunca. Es cierto que se presentó sin sus grandes estrellas, como suele ser habitual en los mundiales. No obstante, aunque no eran sus grandes estrellas, eran jugadores de un altísimo nivel. Por segunda vez consecutiva en un mundial, la selección de Estados Unidos se va sin medalla, en esta ocasión perdiendo tres partidos (Lituania, Alemania y Canadá). Además del hecho de que el baloncesto europeo está cada vez más competitivo, a Estados Unidos se le pudo ver precipitada, cometiendo errores poco comunes en ellos (perder balones en momentos decisivos del partido) e incluso nerviosos y desanimados.


Una final no exenta de factores psicológicos


La gran final del mundial no estuvo exenta de factores psicológicos. Tras una primera parte espectacular para ambos equipos, pudimos ver una segunda parte muy distinta, con precipitaciones, errores, nervios, jugadores importantes desapareciendo cuando más se les necesitaba, fallos en tiros poco habituales y un largo etcétera.


¿Qué pudo haber sucedido en estas situaciones? Hace falta un análisis desde dentro del equipo. ¿Miedo a ganar? ¿Miedo a perder? ¿Peso de la etiqueta de favoritos? ¿Querer hacerlo demasiado bien? ¿Querer demostrar? ¿Concentración en estímulos que no contribuyen al rendimiento? ¿Se esperaban otros rivales y se prepararon partidos para otros oponentes?


Carmelo Anthony, en una declaración, hablaba sobre el miedo a perder:


«Sólo quiero aclarar una cosa. No creo que, como jugadores de baloncesto estadounidenses, pensemos que no podemos perder. El miedo a perder es lo que nos impulsa y nos hace seguir queriendo ganar y sentirnos tan mal después de la derrota. En USA Basketball, como organización, hacemos un gran trabajo respetando el baloncesto. Esos chicos vendrán a jugar por la medalla de bronce, porque entienden lo que significa. No creo que esos chicos vinieran al Mundial pensando que sería un camino sencillo…».


El miedo a perder puede ser una motivación, pero cuando la posibilidad de perder es real, puede convertirse en un factor que perjudica el rendimiento, generando ansiedad en los jugadores. Retomando las preguntas anteriores, sea lo que sea lo que haya sucedido, hace falta un análisis desde dentro para poder afirmarlo. Lo que está claro es que el factor mental ha estado presente en este mundial.

Hoy en día, se trabaja la parte técnico-táctica y el físico a un nivel en el que las diferencias entre jugadores son cada vez menores. De ahí la importancia de los detalles como el factor mental, a menudo olvidado. Y muchos entrenadores, seleccionadores, jugadores, cuerpo técnico y directivos lo saben, porque en muchas declaraciones post-partido, los grandes protagonistas son los aspectos psicológicos. A pesar de esto, seguimos sin darle la atención que merece en el día a día.


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