Bloqueo mental

¿Alguna vez se te ha olvidado cómo realizar un gesto que dominabas a la perfección? ¿Has sido incapaz de realizar una acción practicada hasta la extenuación?

Un palo de golf que no sube, un bloqueo de voleibol que no sale nunca, una maniobra de adelantamiento que no se puede realizar, un ejercicio de un aparato en gimnasia que se es incapaz de ejecutar, un gesto técnico automatizado que queda en el olvido, un tiro a canasta trabado o incluso eliminado del repertorio, una derecha lejos de su rendimiento, una acción parada sin saber porqué. Todo esto son algunos ejemplos de situaciones que pueden ocurrir debido a un bloqueo.

Si nos paramos a pensar, ¿es posible que olvidemos algo practicado durante horas y horas? Evidentemente, la respuesta es negativa, y mucho menos cuando se sigue entrenando y practicando. Lo que sucede es que, por algún motivo, reaccionamos de forma distinta a como habíamos reaccionado hasta ahora ante estas situaciones.

¿Por qué sucede este bloqueo?

Los desencadenantes pueden ser muy variados, tanto como deportistas hay, algunos ejemplos de inicio de este bloqueo podrían ser lesiones que nos afectan a nivel psicológico, consecuencias desagradables después de realizar ciertas acciones, malas sensaciones que acompañan estas acciones, perfeccionismo, autoexigencia, etc.

En este caso, el estímulo (ya sea un gesto técnico o una situación) ha quedado condicionado de forma aversiva, es decir, nuestro cuerpo reacciona ante él como si de una amenaza se tratara. Este condicionamiento puede darse por asociación de estímulos o bien por las consecuencias que siguen a nuestras acciones, incluso por combinación de ambos. Tal reacción aversiva hace que seamos incapaces de realizar las acciones que antes dominábamos.

¿Por qué somos incapaces de salir de este bloqueo?

Normalmente lo que solemos hacer ante estos bloqueos es practicar más y más, con el fin de que la práctica elimine el bloqueo, pero no lo hacemos en las condiciones adecuadas. Todo bloqueo viene acompañado de una presión extra, que es la presión de salir de él y, además, cuanto antes mejor. Evidentemente, la presión dificulta el salir y recuperar algo que antes teníamos y ni le dábamos importancia.

Además, muchas veces empezamos a culpar a otras variables psicológicas como causantes del bloqueo, como puede ser la confianza. Por ejemplo, el palo no sube porque no tengo confianza en mi swing, nada más lejos de la realidad. Y si empezamos a atribuir la culpa a otras variables psicológicas no hace falta decir que las consecuencias sobre nuestro aspecto psicológico son aún mayores.  

Si somos incapaces de salir de él, es básicamente porque hay reforzadores que están manteniendo el bloqueo. Pueden ser muy variados, pero para que te hagas una idea, la simple atención puede estar manteniendo el bloqueo.

Aunque nos pueda parecer extraño, una mejor opción que la que he comentado anteriormente (practicar más y más) sería olvidarse del bloqueo y seguir como si nada diferente estuviera ocurriendo, eliminando el reforzador de la atención en esta situación.  

¿Cómo salir del bloqueo?

Por suerte o por desgracia no hay solución universal, no todo el mundo entra en el bloqueo por el mismo desencadenante ni se mantiene mediante los mismos reforzadores.

El trabajo psicológico nos puede ayudar a salir de él controlando y eliminando estos reforzadores que mantienen el bloqueo, además de acompañarlo con un trabajo que nos ayude a generar reacciones diferentes de nuestro cuerpo cada vez que nos expongamos a este estímulo o situación, reduciendo la presión, controlando nuestra atención, nuestro autodiálogo, etc.

Aunque no solo se trata de salir sino conocer cuál ha sido el desencadenante y trabajar sobre este, reduciendo la posibilidad de que otro bloqueo vuelva a suceder en un futuro.

Los bloqueos son más comunes de lo que podemos llegar a pensar, algunas veces no son tan claros como los que he comentado al inicio de este post. Si pasas por un bloqueo, no te agobies porque tiene solución, simplemente necesitamos saber cómo trabajarlo.