Tu historia de aprendizaje también compite contigo
- Marc Sansó Bauzà
- 2 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 jul
En el deporte, solemos hablar del talento, la preparación física o la táctica como los pilares del rendimiento. Pero hay un factor silencioso, muchas veces invisible, que influye profundamente en cómo compite un deportista: su historia de aprendizaje.
Este concepto, clave en psicología conductual, hace referencia a todas las experiencias pasadas que han moldeado nuestra manera de actuar, pensar y sentir. Y, aunque no siempre se vea, compite contigo en cada entrenamiento y cada partido.
¿Qué es exactamente la historia de aprendizaje?
Es el conjunto de situaciones vividas desde la infancia: cómo se reforzaba el esfuerzo o el resultado, cómo se reaccionaba ante el error, qué se valoraba dentro y fuera del campo, y cómo te hicieron sentir en esos momentos.
Todo esto construye esquemas mentales y conductuales que guían tu forma de competir. Es decir, no reaccionas solo a lo que ocurre ahora, sino a lo que aprendiste antes sobre situaciones similares.
Cómo impacta en tu día a día como deportista
Muchos deportistas no entienden por qué, en situaciones clave, hacen lo contrario a lo que saben que deberían hacer. La explicación no está en la falta de capacidad, sino en patrones de aprendizaje que han quedado automatizados:
Un jugador que evita arriesgar porque en el pasado fue castigado por fallar.
Una jugadora que duda constantemente porque nunca recibió refuerzo por tomar decisiones propias.
Un atleta que se exige el doble porque solo aprendió a valorarse cuando superaba expectativas externas.
Estas respuestas no surgen “porque sí”. Son el reflejo de contingencias pasadas que han dejado huella. Y cuanto más intensa fue la experiencia, más probable es que ese patrón se active bajo presión.

¿Se puede modificar esta historia?
Sí, y esa es una gran noticia. Aunque no podemos borrar lo vivido, sí podemos generar nuevas experiencias que modelen una forma diferente de afrontar el deporte:
Cambiando el tipo de feedback que se recibe.
Reforzando nuevas formas de actuar, no solo el resultado.
Entrenando la tolerancia al error como parte del proceso.
Cuestionando creencias que han quedado ancladas pero ya no sirven.
Esto no se logra con frases motivacionales ni con fuerza de voluntad. Se logra mediante intervención psicológica, exposición a nuevos contextos, y un trabajo continuo y respetuoso con la historia de cada persona.
Cada gesto técnico, cada decisión en el campo, cada emoción que aparece… tiene una historia detrás. Y si no tomamos conciencia de ella, esa historia seguirá escribiendo nuestro presente.
Conocerte es una herramienta de alto rendimiento. No se trata de cambiar quién eres, sino de comprender cómo has llegado hasta aquí y, desde ahí, construir una forma de competir más libre, más funcional y más conectada contigo mismo.
Si te resuena lo que has leído, si sientes que hay algo más allá de lo técnico que influye en tu rendimiento, es un buen momento para empezar a explorarlo juntos.
Comentarios